martes, 12 de mayo de 2015

Cuando me amé de verdad por Charles Chaplin

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que me acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.

Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, sólo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento, o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.

Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos del futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… sencillez.

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.

Cuando me amé de verdad, desistí de querer estar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es dónde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.

Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!

No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.

Charles Chaplin

0.09

No sé si fueron mis costumbres, mis indecisiones, mis decisiones, mis fracasos, mis dudas, mis complejos o qué pero, YO, de nuevo, cambié. Mis pensamientos negativos fluyeron y se apoderaron de mí. Me sentía tan ridícula y vacía. A falta de nada, a falta de todo. Me vi forzada a lidear con mis demoniosy enfrentar mis miedos e inseguridades. Empecé un proceso de cambio más fuerte que mi voluntad al momento y ahí estaba yo, sintiendo eso que dije que no iba a sentir.

Ser feliz es lo menos que le debo a mi familia, a Dios, a los que me quieren, a los que no, a los que hablan, a quienes se fijan, a quienes me ignoran pero mucho más a mi misma. Todos nos merecemos ser felices, hasta yo.