Se burlaba de las falsedades y se divertía con los aconteceres del mundo social que la salpicaban. Para luego reprimirse, encerrarse, alejarse.
Tonta payasa.
Los placeres del mundo se los gozaba en combustible. Tonta inconsciente.
Todo le vale madre y vivir es un camino triste que se aprecia desde un televisor. Se ha conformado.
La niña estaba perdida. Y le han dicho que en sus ojos ya no está aquel resplandor.
Ha decidido cambiar.
¿Cuál excusa inventará?
Fotografía: "Lordoftheflies" por Samweber