viernes, 18 de enero de 2013

Distorcionada

Nos obsesionamos con cada pequeño detalle. O al menos yo lo hago. Cada frase, cada gesto, cada mirada... como si cualquiera de esas señales fuera un ataque externo. Lo detesto. A veces puedo recordar esa clase de momentos y la sensación que tuve incluso semanas más tarde, como si realmente importara.
  
Así que me digo a mí misma "nadie se va a fijar, tonta, nadie'.  Pero supongo que mis monstruos interiores han crecido demasiado.

1 comentarios:

Tas* dijo...

Asi que andas por aqui, lindo ver que todavia escribes. De la manera mas rara me pasaste por la mente, de repente.

Saluditos,